Era impensable hace unos cuantos años cuando empecé a estudiar la carrera de Arquitectura que fuera a pasar lo que ha pasado en este país. Es cierto que la historia es cíclica y que cuando hay años de bonanza luego siempre acaban llegando años de sequía, pero en mi cabeza no cabe que fuera a pasar “esto” con esta virulencia tan salvaje. Mi profesión se ha visto mermada hasta el punto de rozar el cero, muchos compañeros han abandonado sus negocios, ideas, ilusiones y se han visto obligados a marchar y los que nos hemos quedado no nos queda otra que pensar y mucho en qué vamos a hacer. Ahora nos toca “volver a empezar”.
A pesar de ello estoy contenta también. Era necesario que algo ocurriera para frenar tan brutal especulación llevada a cabo por manos insensibles, avariciosas y (que me perdonen por esta palabra) “garrulas”…pero en esto todos hemos tenido la culpa y no solo nuestra profesión. La gente ha caído en sus garras comprando cosas que no tenían un valor real, aceptando sobornos e ilegalidades y con una calidad pésima tanto en diseño como en materialidad. La pena es que unos se han enriquecido rápidamente a costa de los proyectos de vida de otros haciendo verdaderas aberraciones arquitectónicas (si es que se le puede atribuir el término arquitectónico a semejantes construcciones).
Mi profesión, la de Arquitecta, porque en mi título pone ArquitectA, ha sufrido una devastación muy agresiva. Fuimos los primeros en percibir que un buen batacazo iba a ocurrir, pero estábamos tan entretenidos que no queríamos verlo, por lo que el golpe ha sido más fuerte. Afortunadamente nos hemos preparado durante duros años de formación académica a cruzar muros de hormigón, por lo que estamos de sobra preparados para afrontar nuevos retos y seguir atravesando límites por duros que parezcan. La Arquitectura es otra cosa que va más allá de lo imaginado y lo construido. y espero que podamos seguir contando con obras extraordinarias y que den sentido a nuestra profesión y a la ARQUITECTURA (con mayúsculas) aunque en el camino debamos dedicarnos a otros menesteres para poder seguir a delante. Es muy positivo ver la cantidad de “cosas bonitas” que están haciendo algun@s de mis compañer@s en otras disciplinas y en la nuestra, pequeños pasitos que lo hacen grande demostrando numerosas habilidades para hacer y deshacer en otros terrenos. ¡Soy muy fan de estos logros!
Al igual que el escultor se dedica a esculpir, el médico se dedica a la medicina ojalá el arquitecto pueda seguir haciendo arquitectura, arquitectura, incluso de la que puedes volar con ella. De paso voy a ponerme unas alas para ver si puedo volar que con estos vientos cojo impulso y seguro que alcanzo el vuelo.