Un
curso que empezó cuesta arriba y al que se le iban sumando noticias
desalentadoras, duras y mal afortunadas. Una mitad de 2015 color oscuro casi
negro salpicado de pequeñas pinceladas de luz
como si estuviéramos pintando un cuadro barroco. Dramatismo puro.
Alegría en altas dosis también. Los extremos conviviendo en estado máximo. Primero
la alegría de poder impartir clases de nuevo después de mi retiro maternal
cuidando a mi hijo en su primer año de vida, segundo la adaptación a un cambio
de estrategia docente distinta para guiar a estos alumnos tan rebeldes, tercero
te encariñas con ellos, cuarto intentas al menos influirles positivamente en
sus vidas, no por transmitirles muchos conceptos si no por transmitirles valores
vitales que les sean útiles para enfocar sus caminos, quinto cumplir objetivos
contigo misma y con el sistema y sexto afirmar “chicos estoy orgullosa de
vosotros”.
No
creo que, de los que han resistido hasta el final, se vayan a acordar del
Teorema de Pitágoras o de la tabla periódica y sus elementos químicos, ni de los estilos artísticos a lo largo de la prehistoria
e historia, ni nada relacionado con la literatura española más conocida. Me
conformo con que simplemente se acuerden
de mí. Ellos no lo saben pero me han ayudado mucho cada día. Me he enfrentado a
mis propios sentimientos de rabia por lo que sucedía cerca de mí, a tener que contarles
leyendas urbanas figuradas para que me hicieran caso y mi mente estaba en otro
lugar, a crear un ambiente agradable y divertido cuando mi cuerpo solo pedía
llorar y a tener que sacar fuerzas para no “darles un pescozón” cuando se
ponían a hacer el indio como niños pequeños. Ahora que nos estamos conociendo
más, que hemos abierto la caja de pandora de nuestros corazones entonces llega
el “final de curso”…Justo y necesario. Ellos harán las prácticas del oficio que
junto a mis pesadas clases han realizado estos meses. Masilla, chapa, pintura,
bollados, lijas, coches…han estado entretenidos. Mi mente también.
¡Os
deseo mucha suerte para que encontréis pronto un trabajo y empecéis a aprender
muchas cosas de las que os he contado mientras poníais cara de no ir con
vosotros!
Vuestra profe que os va a
recordar con mucho afecto y ternura.
PD: Mis alumnos: Rubén, Aarón, Alejandro, Adrián, Emanuel, Imad N., Mohamed, Imad Ez, Amine...
PD: Mis alumnos: Rubén, Aarón, Alejandro, Adrián, Emanuel, Imad N., Mohamed, Imad Ez, Amine...