El pasado 14 de noviembre nos volvimos
a reunir, cena italiana mediante. La emoción que emanaba nuestros ojos era más
que evidente incluso alguno estaba literalmente “hecho un flan”. Al principio
costó reconocer a algún que otro compañero/a pero en general fue fácil despojar de los años pasados a
aquellos niños-adolescentes que llevábamos dentro. Nos reímos muchísimo
recordándonos por aquellos tiempos, contándonos las anécdotas de clase y de las
excursiones, de cómo estábamos y cómo estamos, de la añoranza que nos daba
pensar en cómo estarían nuestros profesores, de los hijos que cada uno tiene,
de lo que ha dedicado o dedica su vida…todos con una sonrisa de oreja a oreja.
No ha pasado el tiempo, parecía, murmurábamos
entre nosotros…Y claro sí que ha pasado el tiempo, ya lo creo, 22 años, pero
era como si no hubiesen pasado, un sentimiento nostálgico-alegre salía de
nosotros. El mismo que sentí cuando recibí un mensaje diciéndome que se iba a
celebrar una cena de antiguos alumnos del colegio y pedían mi teléfono. Upsss subidón!!!
Muchos han seguido conservado su
amistad, complicidad, vivencias, incluso algunos se han hecho familia entre
ellos. En mi caso fue distinto. La siguiente etapa estudiantil me llevó por
otros derroteros, otra ciudad, otras experiencias, otras oportunidades…una vida
diferente. La distancia hizo alejarme del círculo de convivencia de ellos. Hoy
en día gracias a la conectividad de las redes he vuelto a recuperar el contacto
con algunos. A esta reunión faltaron muchos que tenían inmensas ganas de
reencontrarme de nuevo. A la siguiente no volverá a pasar, espero, porque ya se están calentando motores para celebrar otro
guateque pronto. Y es que nos faltó tiempo. Una noche se hace corta para
resumir 22 añazos. Sin duda la etapa más
importante y decisiva de nuestras vidas. El paso de niños a adolescentes y
luego a adultos. Nos quedamos con ganas de más. ¡Eso es bueno!. No pude hablar
con todos, éramos bastantes…así que en la siguiente seguimos con las miles de
conversaciones pendientes. Me sentí como en casa, como en familia, a gustito,
arropada, incluso tuve el placer de que me acompañaran 7 caballeros hasta el
coche ya entrada bien la madrugada, ¡eso
es ir escoltada y lo demás son tonterías! Esto de estar embarazada tiene
sus ventajas, juas juas. También las chicas tuvieron muchas atenciones conmigo
por mi estado.
La cena estuvo fenomenal. Uno de nuestros compañeros era el chef y la verdad dimos buena cuenta de la misma. Mi estómago y mi bebé también lo agradecieron. Después seguimos la velada en otro sitio nocturno.Los que tenemos hijos pequeños tuvimos que ausentarnos antes de llegar a casa y encontrarnos a los niños levantados, gajes del oficio. Otros aguantaron hasta tomarse los churros de buenos días...¡qué suerte¡ Las escasas 3 horas que dormí esa noche merecieron mucho la pena.
¡Muchísimas gracias a todos, me
encantó estar todos juntitos! Repetiremos. Y por supuesto que a la siguiente me apunto de nuevo, espero que no me
coincida próximo-post día D.
Amparo, Emilio, Rafa, Pepi, Dani, Pablo, Beatriz, Juan, MºJosé, Mónica P., Noelia, Mari Loli, Chari, Olga, Alex, Samuel, Fulgen, Juan Carlos, Fernando, Juan Jo, Paco, José O.,Victor, Pedro, Fran A., Jose Antonio (aunque no lo llegamos a ver que se quedó durmiendo en el coche...)