12 de marzo de 2014

Estado provisional

Como recita una canción del grupo León Benavente, ….No es eterno es un estado provisional…así es el embarazo, un estado provisional. Quizás si fuera un estado permanente de la mujer, la mujer habría intervenido también en las guerras debido al altísimo y revolucionario estado hormonal en el que se ve sometido cuerpo y mente. Un descontrol emocional se apodera de ti y en determinadas ocasiones te hace sentir como si hubieses sido engullido por otro ser. La energía fluctúa por momentos extremadamente bipolares, pura energía o puro cansancio, sin saber mucho el porqué. Hay días en los que una inmensa felicidad te llena por completo (son los más) y otros en los que interviene el desasosiego y hace tambalear tus sentimientos hasta el punto de explotar y  hacerlo todo salir por los aires como un volcán en el instante antes de la erupción, pero eso está todo dentro de la absoluta normalidad, vamos de libro.

Una vez cumplido el tiempo necesario de fabricación “de lo que llevas dentro”, entonces un día sin casi esperarlo y de manera repentina, en mi caso, se dan los primeros indicios de que ha llegado el momento esperado y deseado para poder verle la carita y poder acurrucarlo en tus brazos, ilusa de mí creía que iba a ser como dicen los mayores “una horita corta”. 30 horas que parecían no llegar a su fin, interminables, esperanzadoras, ilusionantes a la par que desesperantes, abrumadoras, carreras, pasillos, cama, gente que entra y que sale, padres con sus retoños ya entre sus regazo, pitidos de control, goteros, sala de espera, papá, abuelos, nervios, sed, profesionales, bendita epidural, incertidumbre, prisas y lentitud, siguen pasando las horas, más nervios,…preocupación, tiras la toalla (oír decir) …y de repente como en un sueño apareciste tú, ante un sol de justicia veraniego al medio día del día de más fiestas populares del año, con esos ojitos tan abiertos y oscuros, con esa piel esponjosa y sonrosada, con esa respiración profunda y rítmica, con esa inquietud de comprobar que todo estaba bien a tu alrededor, un alrededor desconocido para ti y en el que ahora te desvives por conocer con una expresividad cautivadora.
Han pasado ya casi 7 meses de ese estado, tan fugaces como los destellos de una estrella, y mi cuerpo aún volviendo a la normalidad, nota las ausencias de llevarte en mi interior. En la oscuridad de la noche aún recuerdo tus aleteos dentro de mí.
Ese ser me despierta, me reclama, me mira, me sonríe, me succiona, me enamora, me enloquece, me da la vida, me hace ver las cosas más relajadamente, me habla y lo entiendo, me pre-ocupa, me hace pensar en nuestro futuro y en mi pasado, me acaricia con sus manitos suaves, me invita a jugar con él, me llama ta ta tá, me abraza, me trastorna, me derrite, me babea, me balbucea, me sigue con su cara sonriente, me localiza y se tranquiliza, me ríe sin cesar,….“me lo como”. Ese mismo ser que me hizo tener sensaciones jamás imaginadas y que cada día me hace experimentar otras nuevas.


Y como dice otro tema del grupo con el que he comenzado, Ánimo, valiente! Eso mismo te digo yo. Has llegado a este mundo tan revuelto que te tocará luchar ante gigantes y cabezudos a modo quijotesco pero de momento has de jugar, crecer y recibir mucho amor. Seguiré poniéndote perdido de carmín besuqueándote esos mofletes tan jugosos pues cuando seas mayor ya no seré yo la que te deje marcados  en la mejilla los besos color pasión.
Te quiero, como dice el abuelito ¡mi pequeñín!

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