13 de marzo de 2015

...y mañana es TÁBADO!!!

Recuerdo cuando era una niña como mi hermano que no levantaba más de 4 palmos del suelo recitaba con soltura y perfectamente vocalizando numerosas poesías dejando boquiabiertos a todos los que tenía en ese momento alrededor. El crio se convirtió como en un “monillo de feria” y allá donde iba le tocaba dar su pequeño recital. Este niño habla por los codos* escuché una vez. Pero lo más destacado de las cosas que recuerdo de él de cuando éramos niños es su famoso Tábado. Como desde bien pequeños por motivos laborales de nuestros padres tuvimos que ir a la guardería, mi hermano se pasaba cada día preguntando ¿qué día es hoy?, los lunes por supuesto no los llevaba bien (como casi nadie) pues le tocaba hacer el listado completo de la semana y repetía contoneando las caderas y contando con los dedos; lunes, martes, miércoles, jueves, viernesssss y tábadooooo!!! Los Tábados era el día grande y él le hacía una mención especial. Podíamos ver los dibus al despertar, solíamos tomar churros en el desayuno y sobre todo no había que ir a la guarde-cole, biennnn! Y poder jugar con el fuerte de los playmobil. ¡Cómo ha cambiado el cuento hoy! La necesidad del descanso y el ocio sigue siendo la misma  pero la tecnología está absorbiendo una gran parte de la imaginación para el juego, las relaciones y la inteligencia al fin y al cabo. Debe llegar otro cambio-oportunidad (por no llamarlo crisis) para que nos demos cuenta de lo que se está perdiendo de aquel tipo de crianza, sin videojuegos, sin tanto canal de dibujos, sin maquinitas, sin móviles, jugando en las calles sin peligro y con un radiocassette a pilas donde nos grabábamos leyendo libros. ¡Ahora seríamos niños repelentes! no?

Ya desde niños se puede intuir, a excepción de casos, cómo serás de mayor. Mi hermano siendo un mico ya respondía, con asombroso desparpajo a la pregunta ¿qué quieres ser de mayor? con voz dulce y aterciopelada un rotundo “yo voy a ser profesor de matemáticas” ojipláticos se debían de quedar mientras el resto de niños decían que querían ser bomberos, policías o toreros. Ahora entiendo que los niños menos buenos no tenían dignas intenciones con él. Y no se equivocó. Eso es nacer con un don y tenerlo claro desde el principio. A mí si me hacen la pregunta hoy en día respondería “de mayor quiero volver a ser niña” y es porque con esto de la maternidad estoy reviviendo muchos momentos de mi infancia que ya pensaba que tenía olvidados. Lo de pintar con ceras y llenarnos de manchas de rotulador es un momento de lo más divertido que nos sirve también para aprovechar un montón de hojas usadas acumuladas en un cajón. Al igual que repasar los cuentos-canciones populares que a mí me contaban poniendo voz de pito o descubrir entre todos sus libros con imágenes figuras que va conociendo día tras día. Tiene especial predilección por la luna y el sol. Me pregunto ¿significará algo esto? Jajajaeste va para astrónomo digo con mucha guasa mientras me lo imagino con un telescopio metido en una carcasa…deben ser cosas de madres pensar ya lo que le deparará de mayor. Será lo que quiera y tenga que ser. Lo importante es que sea buena persona y nosotros estemos para verlo todos juntos.

Dibujos espontáneos en una tarde de domingo con mucho cansancio por el día anterior 

Nota: hablar por los codos; expresión que podría estar vinculada con la forma de gesticular de las personas muy locuaces, y que transmite, así, la idea de que no sólo hablan por la boca, si no por partes insospechadas de su cuerpo. Otras fuentes sostienen que está relacionada con hincar los codos("estudiar con empeño"), locución verbal relativa al nivel de conocimientos de la persona habladora. Texto extraído del libro Con dos huevos ( Héloïse Guerrier y David Sánchez, Astiberri 2015)