13 de febrero de 2014

Soy punkrocker

Hace justo 5 años que todo cambió en mi vida. Nunca pensé que aquellas primeras palabras que en principio no me hacían nada de gracia iban a marcarme tanto y fuesen el detonante de que algo nuevo ocurriría.


Regalo de una amiga muy graciosa a nuestro pequeño rubiales

Ese día era 14 de Febrero, sábado, lo recuerdo perfectamente incluso hasta la ropa que ese día vestía. Una amiga me había invitado a un concierto en una terraza con vistas a la catedral. Era un día soleado de invierno a la hora del aperitivo, momento que más nos gusta a los murcianos. Fue llegar y allí estaba él con su sonrisa picaresca, su inteligente humor y su cerveza siempre en la mano. ¡Qué felicidad desprendía! Nada más entrar se acercó para recibirme y saludar, como si él también hubiese intuido que alguien le cambiaria su vida.
Yo no me fijé en él, pero él si se fijó en mí, quizás porque yo llevaba una camisa especial,” la camisa decimonónica” la cual aún conservo, sigiloso se acercó a mí para ofrecerme algo de beber y así de repente soltó: Hola yo soy punckroker ¿y tú?...creo que lo miré con ojos de “que se lleven a este pesado de aquí"…Acto seguido, repasando de nuevo mi famosa camisa, se atrevió a decir otras palabras que no se quedan cortas a las anteriores: ¿tú vas así a comprar el pan?... Aquello fue memorable!!! Yo no tenía muchas ganas de darle mucha conversación pero después de semejante introducción al menos se merecía intercambiar unas impresiones, creo que hablamos de diseño, de viajes, de salir… pero ahí quedó sin más. Ese día disfruté mucho del sol, de la música, de los amigos, de la cerveza, de las vistas a la catedral desde una perspectiva hasta entonces desconocida para mí.
 
Al cabo de unos días recibo una llamada de parte de ese chico que había conocido aquel día de San Valentín en una terraza. Mi número de teléfono yo no se lo había dado, ya procuró él conseguirlo a través de una amiga. Ni siquiera recordaba cómo era ni de qué habíamos hablado pero me propuso quedar  y solo por el hecho de las molestias que se había tomado para localizarme le dije que sí. Otra vez para asombro mío me hizo una oferta que no podía rechazar: ¿quedamos este miércoles y hacemos un plan gracioso?...Y pensé, ¿plan gracioso?¿tengo algo que perder?¿no es mi tipo, pero, por qué no conocerlo? ¡quiero conocer gente nueva!...y no lo dudé…
 
Así fue como comenzó una historia de amor, la mía, la nuestra. Ahora este chico y yo tenemos un pequeño rubiales entre nuestros brazos.

1 comentario: