18 de febrero de 2014

La casa

La casa es el lugar geométrico del espacio donde se relaciona, se descansa, se come, se duerme, se crece, se nace, se envejece, se convive, se ama, se celebra, se reune, se disfruta y un sinfín  más de acciones cotidianas y no tan cotidianas que en ella ocurren….
Es por ello que la casa debería ir cambiando y adaptándose conforme las personas que lo habitan van cambiando sus necesidades vitales, eso es de sentido común. Hoy en día no es raro pensar que se trabaje en casa, que la casa tenga distintos usos en función de los días; sobre todo cuando se trata de padres separados que reciben a sus hijos cuando “les toca”, que se haga la compra sin salir de ella, ir de shopping  y si me apuras hasta tomarte un café/cerveza  con amigos cada uno sentado en su sofá. La red nos ha permitido todo esto y mucho más, pero es cierto que hemos perdido muchas cosas, que a mi entender, hacían que el  mundo fuese más real y vivo. Cuando le contemos a nuestros nietos que existía algo de papel/metal que servía para pagar, que una persona te traía el correo a casa y que los teléfonos tenían un cable rizado en espiral y que había uno por casa, los chiquitos van a alucinar. Pensarán que estamos locos  y con razón!!!

baldosa hidráulica cartabón rojo, una joya
Al día de hoy, mi familia y  yo, estamos inmersos en la reforma de una casa  y no una casa cualquiera, si no la casa de mi abuela Mónica. Un espacio con mucho encanto y muchas historias detrás. Al mismo tiempo que me ilusiona ir día a día viendo cómo evoluciona me da un “no sé qué” pensar en lo que estamos haciendo. Justo lo que hablaba antes, adaptar la casa a las nuevas necesidades, las de mis padres, las mías  y mi  family particular y las mi hermano con su inminente familia numerosa.
Ayer estuve allí y un escalofrío me recorrió de pies a cabeza. Sólo hacía que pensar en que si mi abuela viviera, se llevaría las manos a la cabeza, pero hubo algo que me tranquilizó. Mi padre, el primogénito de mi querida abuela, al verme cabizbaja y melancólica me comentó: no te preocupes a la abuela le encantaban las obras. Pronto subí la cabeza y dije ¿las obras?  Y mi padre respondió: si sí, a la abuela le gustaba que todo estuviera en su sitio y bien acabado. Entonces me dejas más tranquila, afirme yo. Seguro que está siguiendo la obra con el mismo entusiasmo que yo donde quiera que esté.

Hoy toca elegir el pavimento, difícil tarea la mía, sobretodo porque cuando uno se hace la reforma para sí mismo cuesta un poquito más...(Proyectar para otros parece que estamos más acostumbrados y lo veo claro antes). Como la casa va a cambiar bastante en su uso, disfrute, incluso en distribución por lo menos a través de los acabados quiero imprimirle un carácter remember de lo que allí se vivió. Existía un suelo de baldosa hidráulica a modo de cartabón rojo que quería recuperar pero al intentar levantarlo se han roto muchas piezas por lo que no me queda otra que sustituirlo muy a mi pesar. Lo cierto es que hoy en día hay muchas versiones de lo vintage y he encontrado una baldosas que van a hacer su papel: recordarme al pasado, a mi abuela, y a lo que allí he vivido intensamente con anterioridad.

Abuelita espero que te guste!





4 comentarios:

  1. seguro que queda ideal! ánimo! en casa de mis abuelos, (mi actual casa) no se pudo salvar el pavimento, aunque no era tan bonito, me chiflan los nuevos usos de los espacios, las casas con historia, en mi caso, parecía que la casa de mis abuelos estaba predestinada para mí y para M, sin prisa, vamos dándole personalidad, y la esencia permanece, hay historia en esas paredes, en la de tu abuela seguro que también, verás qué satisfacción al estar allí una vez reformada! besos

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  2. si Ampa, es una casa que hemos disfrutado mucho en vida de mi abuelita, toda la familia, todos mis primos y demás. Y ahora estamos en ello para que se quede chuli piruli y poder disfrutarla los findes, las vacaciones y los días de guardar...la casa está en un entorno ideal y sé que le vamos a sacar mucho partido!

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  3. Si este blog quiere, entre otras cosas, bucear en los recuerdos, esta historia ha conseguido revivir algunos de los míos...La misma maravillosa hidraulica cartabón rojo cubría el suelo de mis abuelos en Cartagena, justo encima del histórico cine Central. Todavía puedo ver a mi abuela pasando una fregona olorosa que convertía el rojo en granate y brillante, mientras el resto dormía la siesta del cocido de los sábados, casi la puedo oír, no pises... Gracias tía catorce.

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    1. En principio quiere bucear por todos lados...pero sí los bonitos recuerdos son el origen de la Tía catorce...por lo que me alegro que te haya sacado una sonrisa recordando los tuyos y me encanta en en casa de tus abuelos existiera el mismo pavimento...también he vivido lo de el suelo recién fregado que resplandecía un rojo brillante!!!
      Muchas gracias Yolanda por tu aportación

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