10 de febrero de 2014

Historias que cuentan historias

Ayer fue mi cumpleaños, cifra redonda por cierto. Hoy estoy un tanto emocionada, recordar el día de ayer leyendo todas las felicitaciones me ha hecho pasar un rato bueno aderezado con las risas y primeras sílabas de mi pequeño. Esto de ir cumpliendo años te va dando una perspectiva que antes era impensable y máxime cuando tu vida da un giro no sólo en lo personal sino en lo laboral, nada que no sea superado con cariño, amor y nuevas energías para vivir lo nuevo.
 

 
Este año se han cerrado muchas puertas pero espero ir abriendo grandes ventanas (de pensarlo me recorren mariposillas por el estómago, parecidas a cuando empiezas a pelar la pava o el bebé comienza a dar pataditas en tu pancita).Espero que este sentimiento que me recorre no me abandone y me ayude a seguir navegando en este mar de pirañas y tiburones a modo de dulce sirenita.

A toda esta sensación que me embriaga he de añadir que haciendo un repaso de los premios Goya y ver que la peli que ha ganado cuenta una preciosa historia de un profesor de inglés, creo que es el momento de dejarse de tonterías y escuchar las historias que nos ofrecen los mayores y no tan mayores, estos grandes sabios de los que podemos aprender mucho, mucho más que estudiando horas y horas. Todos tenemos, al menos, una historia bonita que contar y si nos pusiéramos una tarde a contar historias no acabaríamos nunca. Por lo que invito a que se cuenten historias, nuestras historias, de las que ya no están, de las que están por venir y todo nos irá mejor!!!

Un día contaré una preciosa historia de mi abuelita, de la que orgullosamente comparto nombre y que en este balcón hemos pasado grandes momentos y nos ha contado numerosas y preciosas historias.

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