Quiero dar las gracias públicamente a Papá por hacer posible que este verano hayamos estado disfrutando (aunque muchos días sin él) de días de campo, playa y montaña. Y es que como se suele decir cuando uno se queda en la ciudad trabajando en verano, Papá ha estado de rodríguez.
Según la RAE (De Rodríguez,
apellido).1.m. coloq. Hombre casado que se queda trabajando mientras su familia
está fuera, normalmente de veraneo.
Y es que ha sido así, literalmente.Mientras que todo se llenaba de mensajes de despedida hasta septiembre, de deseos de descanso, de pasarlo bien, de imágenes de viajes, de playas exóticas, de comidas-cenas, de chiringuitos con amigos… Papá colgaba el cartel de: Abierto por Vacaciones. El agosto pasó veloz como una lijadora por una superficie de madera desgastada, limando asperezas y suavizándola dejando paso a un septiembre de puesta a punto de la casa para que Mister Trastito pueda empezar a andar a sus anchas sin muchos peligros. Hemos tenido que reestructurar nuestra casa. Al menos ha servido para deshacernos de grandes acumulaciones de papeles usados y cuya información ya no es de utilidad. La casa, bastante austera y todo muy neutro en blanco y negro, se está llenando de objetos de colores y algunos muy ruidosos, diseminados como las edificaciones en un paisaje de huerta, por todos los rincones y lugares de la misma.
Otra
de las cosas buenas de la reorganización ha sido la colocación de una librería
más. Nos hacía falta. Y es que los libros, además de libros que son, son la
mejor decoración que puedas poner en un hogar. En las partes donde llega el
señoret hemos puesto los libros tan apretados que hasta a nosotros nos cuesta
desencajarlos. A ver lo que tarda en sacarlos…
pensamos mientras los poníamos uno a uno
en su sitio. También los cuadros que se mantenían tan solo apoyados han
sido colgados de la pared para evitar una caída fortuita. Algunos muebles lucen
vacíos esperando a ser ocupados por sus juguetes y demás objetos de recreación.
Esta
noche pasada, después de la estruendosa tormenta, cuando todo parecía haber
tornado a la calma y el ambiente refrescado, todos dormíamos profundamente
cuando de pronto un ruido como a sirena ha roto el silencio de la noche. Los bomberos, fuego!!!..Pensé yo…Pero no
nos llevemos a engaño que no había
ningún fuego cercano, sino era el camión
de los bomberos del pequeño, muy
desencaminada no iba, que al parecer se quedó encendido y cada cierto
tiempo avisaba de que ahí estaba él. Vaya susto y vaya forma de
despertarse en medio de la noche, que podía haber sido de un tirón. Otra noche más sin saber lo que es eso.
Bienvenido
el orden-caos a nuestra vida!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario