Escribo estas líneas mientras tú duermes como un angelote, hasta que te vuelvas a despertar enseguida y quieras que te acurruque en mi regazo. Los nueves meses han traído muchos cambios, las noches vuelven a ser una caja de sorpresas, no sabes que noche te va a tocar el premio y que noche vas a tener que hacer una gymkana de posibilidades para sosegarte y que sigas durmiendo. La otra noche mamá perdió la paciencia, esa que deberían vender en latas o por kilos, pero tú también la perdiste. No nos entendimos. Tú querías dormir, mamá también, pero no supimos comunicarnos, nos impacientamos y pasamos toda la noche en vela, a la próxima nos pondremos a bailar por lo menos que cuente como una noche de juerga!
Y es que la relación madre e hijo es eso, es un diálogo sin
palabras, una comunicación silenciosa, un diálogo de sentimientos y necesidades
que ambos tenemos que ir aprendiendo poco a poco para sentir/hablar el mismo lenguaje. Los nueves meses también te
han dado más autonomía y ya quieres corretear solo, reptando y gateando para
descubrir nuevos caminos y castillos. Esos castillos de cds y libros que tienen
tus papis y que tanto anhelas por llegar a derribarlos con una sonrisa de
conquista placentera. Ya has alcanzado la base del castillo debemos ir subiendo
los enseres hacia lo alto que en uno de tus abordajes arrasas con todo, no es
que nos importe sino que podrías herirte en una de tus batallas con algún
objeto punzante o te arrasen a tí y es preferible conservar al pirata que a su tesoro. Aunque de noche esa autonomía se convierte en mamá quiero estar pegadito a ti toda la noche, espero que podamos ir superando esta situación paulatinamente.
Hace poco leí un comentario de otra mamámiga señalando que
los inventores de juguetes infantiles estaban perdiendo dinero, pues los juguetes
más codiciados no tienen formas sinuosas y llamativas, ni colores fuertes y
brillantes, NO, a esos apenas les hacen caso y si les hacen caso los tiran con
mucha facilidad al suelo observando su recorrido cautelosamente. Sus
juguetes favoritos son: los mandos a distancia, los móviles, las cordoneras en
todas sus posiciones y formas, el suelo, los cds, los libros que conservas con mimo,
las latas de cerveza, las botellas de plástico, el pelo y los collares de mamá,
mister potato de papá, las bolsas de plástico, las etiquetas, un bote vacío con algunos granos de lentejas o legumbres, los
espejos,…y un largo etc de objetos que nadie pensaría en contemplarlos y mucho
menos en llevárselos a la boca. En definitiva los juegos que consideramos
prohibidos en muchas ocasiones por su posible peligrosidad o por que acaben
hechos trizas o arrojados por el wc y sean útiles para nosotros.
Este vienes vamos a una gran fiesta y te dejaremos con los abuelos. Espero que aparezca de nuevo el angelito que llevas dentro!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario